“CUATOMATE” (Solanum glaucescens Zucc) El cuatomate es una planta silvestre en proceso de domesticación y con alto potencial económico en la Mixteca Baja Poblana; el cuatomate es importante para todos los productores de la Mixteca, debido a su valor de uso y de cambio. Existen tres tipos de cuatomate fácilmente identificables por el color del fruto: verde, blanco o cenizo, y moteado. El verde tiene mayores perspectivas para su producción comercial. El traspatio es el espacio productivo más importante para la especie, que ha permitido su reproducción, distribución, conservación y difusión a través de prácticas de manejo realizadas por toda la familia, entre ellas siembra, estacado, trasplante, tutoreo, riego, fertilización, cosecha, compra-venta de fruto y plantas. La dificultad de obtener sólo plantas fértiles y con calidad para la propagación del cuatomate, es uno de los principales problemas que limitan su producción; sin embargo, la mayoría de los productores están dispuestos a comprarlas y pagar un sobreprecio si se les garantiza la fertilidad y calidad de las mismas. Valor de uso y valor de cambio del cuatomate Las cualidades o utilidades del cuatomate para satisfacer las necesidades de los productores de la Mixteca Baja Poblana relacionadas o equivalente con el autoconsumo (Hernández, 1981), se refiere a los siguientes aspectos: El tallo se usa por 15.7% de los productores para propagar asexualmente las plantas fértiles a través de estacas. La flor se usa por 23.6% de los productores como condimento de salsas, mole o chilate de cuatomate (el chilate es un platillo representativo de la gastronomía en la Mixteca Baja Poblana). La hoja es utilizada por 25.5% de los productores para la producción de abono. Los frutos, como la parte principal de la planta son utilizados por 100% de los productores para la elaboración de salsas y otros productos culinarios regionales; además, 21.6% selecciona los mejores en tamaño, color y consistencia para su propagación por vía sexual. El cuatomate en la Mixteca se puede intercambiar con otras mercancías, pero principalmente con dinero. Se considera que tiene un valor de cambio alto (Hernández, 1981), porque contribuye de manera importante a mejorar la economía y a satisfacer algunas necesidades prioritarias de los productores de la región.