www.fao.org/ag/esp/revista/0101sp1.htm Mayor rendimiento, menos gastos. La FAO dice que la labranza convencional, con tractores y arado, es una de las principales causas de la grave pérdida de suelos en muchos países en desarrollo. "Con la difusión del uso del tractor, los campesinos comenzaron a creer que mientras más se labraran los suelos, mayores rendimientos se obtendrían -explica José Benitez, del Servicio de Gestión de las Tierras y Nutrición de las Plantas de la FAO-. La verdad es que a mayor labranza, más erosión y degradación de los suelos, en especial en las zonas más cálidas, donde la capa superior de los suelos es más fina. En efecto, los suelos de los países tropicales en general no necesitan ararse. La forma más conveniente de labranza es dejar en la superficie una capa protectora de hojas, tallos y varas de la cosecha anterior. Los sistemas de labranza cero proporcionan cosechas más nutridas, economizan combustible y disminuyen el desgaste de los tractores". www.fao.org/ag/ags/agse/1ero-s/INT1.htM