Hay cosas, gente, lugares que se vuelven parte de la cotidianidad de cada uno; calles y espacios por los que caminamos diariamente y de los que nos apropiamos en nuestro rutinario andar. Este señor y su jaula de pajaritos que sacan la suerte siempre me ha parecido un enigma, es uno de esos personajes urbanos de toda la vida, de esas imágenes diarias que recuerdo desde la niñez, que en ese entonces me causaba un poco de miedo y un mucho de curiosidad y que hoy me fascinan por su permanencia y encanto incrementado a través de los años. Nunca he ido a que esos pajaritos me saquen un papelito, jamás me ha llamado demasiado la atención; espero verlos en la siguiente visita a mi ciudad y por mera curiosidad -y antes de que este actor urbano se me vaya- que me saquen la suerte, y que ésta sea mucha. Ya me siento intrigada...