Se deslizan las miradas por la curva que dibuja tu silueta, Tu silueta que en mis sueños se convierte en trampolín de fantasías censurables de nombrar. Y me enferma gravemente el egoísmo al notar tantas miradas recorrerte sin cesar. Se deslizan los minutos por la eterna seducción de tu sonrisa. Son tus labios sugerentes y carnosos, la mejor fruta prohibida que me pueda condenar, caminando casi al borde del abismo me detengo en tu mirada que me lleva a desvariar. Revolotean mis sueños prohibidos por cada rincón de tu cuerpo perfumado con la esencia del deseo, Vaga tu risa en mis noches insomnes como una caricia extraviada en la esperanza de alcanzarte. Se deslizan las palabras en torrente describiendo tu figura. Tu figura, de tan singular belleza que no encuentro el adjetivo apropiado a utilizar. Y mi mente torpemente sólo atina dedicarte mil piropos que te harían sonrojar. Se deslizan los deseos por la suave ondulación de tu cintura. Tu cintura, la perfecta obra de arte que coronan tus caderas zigzagueantes al andar. Entre las crestas y valles de tu cuerpo se extravía mi cordura con suma facilidad.