Escalando un poco este domingo el Ixtazihuatl (Rosita, la Volcana) encontramos ya al atardecer, al pie de bella cascada una ofrenda frutal, permanecimos extasiados algunas horas escuchando los trinos y el golpe del agua...arriba la nieve, abajo la roca. La ofrenda la comerán los animalitos del bosque a nombre de nuestra Rosita, la mujer de Don Goyo. Ah! no es esto felicidad? Es más, todos ustedes estuvieron presentes!