Si un globo se escapa y desaparece, para recibirlo hasta el cielo crece. Se eleva de prisa y ríe contento; la luna lo adorna con rulos de viento. Lo escoltan palomas, nubes y cometas, que le arman collares con hojitas secas. El sol lo acaricia, la noche lo espera, y con los luceros le hace una escalera. Un globo no explota… Nadie lo atropella… (Los globos que escapan se vuelven estrellas.) Mabel Russo