EL PEPENADO DE HILVÁN. Consiste en bordar a base de hilos paralelos de diferentes longitudes según lo requiere el diseño. En ocasiones se destacan las figuras de color sobre el fondo blanco de la tela, pero en otras se rellena la base o fondo del dibujo con la puntada, destacándose la figura en blanco, es decir la figura aparece en “negativo”. Se considera un buen pepenado al bordado con puntadas cortas que no deja hilos flotando, lo que desmerece su calidad. La técnica se utiliza en muchos lugares del país, pero destacan los bordados de las batas de camisas en la Sierra Norte de Puebla, en las Huastecas, en el estado de México y en la zona del Mezquital, Hidalgo. En una variante del pepenado de hilván, las artesanas nahuas de San José Miahuatlán, Puebla, bordan franjas horizontales en sus huipiles. En el anverso se dejan los hilos flojos en forma de rizos pero se cierra la distancia entre los hilos del bordado de tal forma que la superficie parece una alfombra y el arduo trabajo del diseño, a base de rombos convergentes, se puede apreciar claramente por el reverso. En Chicontepec, Veracruz, las mujeres huastecas también trabajan con esta técnica en sus quechquémitl, cuyos rizos pueden alcanzar hasta cinco centímetros de altura. En otra variante del pepenado se ensartan cuentas de chaquira de diferentes colores en los hilos, formando diversos diseños zoomorfos en blusas y camisas, como prendas de gran lujo. Hay blusas de este tipo entre las nahuas y otomíes de la Sierra Norte de Puebla, en la Huasteca hidalguense y veracruzana y entre las Mixtecas de la Costa en Oaxaca. Al margen es necesario mencionar la labor de los tejidos en forma de malla entre los que destacan los collares, pulseras, morrales y fajillas huicholas y de otros grupos indígenas del norte del país. Tomado de Populart