Los chiles en nogada constituyen sin duda alguna uno de los platillos más sofisticados de la alta cocina mexicana y como muchos otros, tuvo su origen en un convento de la ciudad de Puebla de los Ángeles: Se cuenta que consumada la Independencia de México y autoproclamado Agustín de Iturbide, emperador de México, realizó una visita intempestiva a la ciudad de Puebla para celebrar su onomástico, el 28 de agosto, fiesta de San Agustín. Como era costumbre en la época se encargo a las monjas de uno de los conventos poblanos la preparación del banquete, pero como esto fue de última hora, tuvieron que echar mano de lo que tenían en el fogón del claustro: chiles verdes poblanos recién cosechados, nuez de Castilla fresca y granadas chinas, lo que dio como resultado el nacimiento gastronómico de los chiles en nogada, que pronto alcanzaron fama por que además de su exquisito sabor, llevaban los colores de la bandera del Ejército Trigarante: el verde del chile, el blanco de la nogada y el rojo de los granos de granada.