Durante la época colonial, una preocupación latente de los españoles fue la seguridad y la salvaguarda del honor de sus mujeres. Una de las medidas propuestas en Puebla para ello fue establecer, hacia 1606, un asilo para señoras que quedaban temporalmente solas debido a la ausencia de sus maridos. Este edificio se construyó frente a la iglesia de San Juan de Dios. El proyecto de reclusión no prosperó ante el poco entusiasmo de las esposas que se negaron a acudir a ese sitio. Así, en 1609 el edificio se destinó para recogimiento de mujeres "perdidas" obligadas a permanecer en reclusión. Posteriormente, este reclusorio fue trasladado a otro sitio y en el edificio vacío se fundó en 1682 un colegio para doncellas y viudas pobres. Pero ése no sería su destino final, ya que seis años después se fundó en ese mismo sitio el convento de monjas agustinas recoletas de Santa Mónica.